El flamenco nace como representación folklórica en las familias gitanas de Andalucía. Concretamente en la depresión del Guadalquivir: (Sevilla-Triana, Lebrija, Utrera, Cádiz, Jerez, Los Puerto). Debido a estas localizaciones podemos decir que la música flamenca es la suma de las culturas y prácticas musicales de la baja Andalucía.
En los inicios, era compartido entre familiares y vecinos, cada familia o grupo tenía una forma de hacer flamenca, una forma de cantarlo, y así nacen los diferentes “palos” del flamenco, según la zona y la familia “cantaora”.
Una de estas familias importantísimas desde los inicios de lo que hoy conocemos como “arte flamenco” es la familia Amaya, y uno de sus máximos representantes es la bailora y cantante Carmen Amaya, que como la mayoría de los casos, aprendió en el seno familiar, en la calle. Revolucionó el baile flamenco con su técnica, y aunque comenzó a bailar entre sus vecinos y familiares llegó a ser una artista internacional, bailando en los mejores teatros europeos e incluso siendo reconocida en el continente americano.
En los inicios, era compartido entre familiares y vecinos, cada familia o grupo tenía una forma de hacer flamenca, una forma de cantarlo, y así nacen los diferentes “palos” del flamenco, según la zona y la familia “cantaora”.
Una de estas familias importantísimas desde los inicios de lo que hoy conocemos como “arte flamenco” es la familia Amaya, y uno de sus máximos representantes es la bailora y cantante Carmen Amaya, que como la mayoría de los casos, aprendió en el seno familiar, en la calle. Revolucionó el baile flamenco con su técnica, y aunque comenzó a bailar entre sus vecinos y familiares llegó a ser una artista internacional, bailando en los mejores teatros europeos e incluso siendo reconocida en el continente americano.
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